sábado, noviembre 24, 2007

LA INFAME VIOLENCIA CONTRA LA MUJER



"Mañana, 25 de noviembre, se celebrará el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas mediante su Resolución 54/134, el 17 de diciembre de 1999. Con este motivo consideramos oportuno referirnos a un hecho que ocurrió esta semana en Arabia Saudita, el cual no fue noticia en Nicaragua pero trascendió en todo el mundo.

Se trata de que el miércoles de esta semana, el Tribunal General de Arabia Saudita sentenció a seis meses de cárcel y 200 latigazos, a una joven mujer de 19 años que el año pasado fue violada sexualmente por siete hombres. La historia de esta joven árabe y musulmana —pero ser humano sobre todas las cosas— es dolorosa, impresionante e indignante. Ya el año pasado, después de que fue víctima de la violación sexual múltiple la administración de justicia de su país la condenó a recibir 90 latigazos, acusada de haber violado la ley islámica (sharia), que prohíbe a la mujer mostrarse en público con un hombre con el que no está emparentada; la infortunada jovencita, cuando fue atacada por los violadores se encontraba en el interior de un carro conversando con un compañero de estudios en la universidad.

Pero la desdicha de la joven musulmana violada colectivamente no paró allí. Ahora ha sido condenada a recibir 200 latigazos y pasar seis meses en la cárcel, porque habló de su caso a medios de comunicación. Según un vocero del Ministerio de Justicia de Arabia Saudita: “El sistema permite apelar a cualquiera que tenga objeciones sobre un veredicto, pero no recurrir a los medios de comunicación”.

La bárbara sentencia contra la joven mujer árabe ha conmovido a gente de muchos países. Por ejemplo, en Estados Unidos la senadora por Nueva York y precandidata presidencial demócrata, Hilary Clinton, calificó el caso como “un escándalo y una vergüenza” y exigió al presidente Bush que pida al rey Abdulá de Arabia Saudita que revoque la sentencia. Pero el Gobierno estadounidense, por medio del vocero del Departamento de Estado, Sean McCormak, se limitó a decir que estaba “sorprendido” por la sentencia, pero que “corresponde al Gobierno saudita cuestionar el fallo”. Claro, el régimen de Arabia Saudita es aliado estratégico de Estados Unidos en Oriente Medio y uno de los más ricos productores de petróleo en el mundo.

Sin embargo la Human Rights Watch, que es una de las principales organizaciones defensoras de los derechos humanos en el mundo, condenó la sentencia del tribunal saudita y advirtió las graves consecuencias generales que podría tener ese veredicto, el cual “no sólo envía a las víctimas de la violencia sexual el mensaje de que no deben presentar cargos, sino que además ofrece protección e impunidad a los perpetradores”. Así es, en efecto. Y aunque los seis violadores de la joven árabe saudita fueron sentenciados a entre dos y nueve años de prisión, el hecho de que la “justicia” la castigue a ella dos veces, primero porque cuando fue violada estaba en compañía de un hombre que no es su pariente; y después porque habló de su caso con periodistas, es un acto de barbarie que prácticamente coloca a la víctima en el mismo o peor nivel de culpa de sus victimarios.

En Nicaragua, donde en general la justicia también se administra de manera perversa y donde algunos encargados de impartirla actúan como sicarios judiciales y no como jueces y magistrados justicieros, sin embargo no se ha llegado a extremos tan degradantes como el de Arabia Saudita. Incluso se puede asegurar que en Nicaragua, gracias a la lucha esforzada de las mismas mujeres y de los hombres justos que las apoyan, se ha podido avanzar relativamente bastante en la lucha contra la violencia de toda clase en contra de las mujeres.

Pero esta es una lucha que se debe seguir librando sin descanso. Todavía hay en Nicaragua mucha violencia contra la mujer y también aquí algunos jueces o juezas envían con sus fallos mensajes de aliento a la agresión contra las mujeres, al favorecer a individuos que son acusados de esos infames delitos sólo porque son sus líderes políticos.". (Editorial de la Prensa 241107)

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