sábado, septiembre 08, 2007

GOBIERNO DE NICARAGUA SE DURMIÓ CON FÉLIX. NO DECRETÓ LAS ALERTAS EN TIEMPO Y FORMA-


La ayuda internacional está comenzando a llegar en mayor cantidad y frecuencia a la RAAN, el mundo entero ha reaccionado ante la tragedia provocada por Félix, cuyos efectos totales aún se desconocen. (LA PRENSA/T. STARGARDTER)

Wilder Pérez R.

Las alertas según el Arto. 3 de la Ley 337

Alerta verde: es la que se declara una vez identificada y localizada la presencia de un fenómeno natural o provocado, y que por su peligrosidad puede afectar o no en todo o en parte del territorio nacional y de la cual deben tener conocimiento las instituciones del Sinapred y el público en general.

Alerta amarilla: es la que se declara a partir del momento en que se evalúa el fenómeno identificado y que éste presente tendencia a su crecimiento de forma peligrosa para todo o una parte del territorio nacional. La declaratoria de esta alerta implica que las instituciones y los órganos encargados de operar en la respuesta deben definir y establecer las responsabilidades y funciones de todos los organismos, sean éstos públicos o privados, en las diferentes fases; así como la integración de los esfuerzos públicos y privados requeridos en la materia y el uso oportuno y eficiente de todos los recursos requeridos para tal fin.

Alerta roja: es la que se determina cuando se produce un fenómeno de forma súbita y que de forma intempestiva causa impacto en parte o en todo el territorio nacional y de inmediato se deben determinar las medidas de búsqueda, salvamento y rescate de la población afectada, creación de refugios, asistencia médica, evaluación de daños y determinación de necesidades y la aplicación de los planes de asistencia independientemente de la magnitud del desastre, así como otras medidas que resultasen necesarias para la preservación de la vida de los ciudadanos y del resguardo de los bienes de éstos y del Estado.

El Gobierno central de Nicaragua pudo haber actuado con negligencia al reaccionar con excesiva lentitud frente a la amenaza del huracán Félix, el fin de semana previo al desastre, pues no tomó las medidas preventivas ante la inminente amenaza.

El hecho de que el Gobierno haya declarado las alertas de forma tardía no es un simple dato estadístico, cada alerta, por ley, establece acciones que se deben tomar.

Entre el sábado 1 y domingo 2 de septiembre, Félix pasó de ser tormenta tropical a un huracán “extremadamente catastrófico”. Al mediodía del domingo los especialistas del Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter) se declararon “muy preocupados” por las características del huracán, ya que además de evolucionar rápidamente, pasaría mucho más cerca de Nicaragua que el huracán Dean.

El Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos publicó una “advertencia de huracán” para las costas del Este de Honduras y para Nicaragua desde el Cabo Gracias a Dios hasta Puerto Cabezas.

Aunque el ojo del huracán amenazaba con impactar en Honduras, las bandas nubosas del sur del huracán pasarían sobre el Cabo Gracias a Dios.

Sin embargo y pese a las advertencias del CNH y la preocupación del Ineter, el Gobierno central no tomó las acciones que orienta la ley.

El artículo tres de la Ley 337, creadora del Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (Sinapred), señala que la alerta verde se declara “una vez identificada y localizada la presencia de un fenómeno natural o provocado, y que su peligrosidad puede afectar o no en todo o en parte el territorio nacional, y del cual deben tener conocimiento las instituciones del Sinapred y el público en general”.

Las instituciones miembros del Sinapred hicieron su parte, según han comentado diferentes funcionarios en las distintas conferencias de prensa que se han brindado tras el desastre.

El Ineter y la Defensa Civil advirtieron a la población, el Ministerio de Salud (Minsa) preparó los albergues, pero nadie da registros sobre cuándo el Ejecutivo decretó la alerta verde.

El único registro que hay sobre las alertas emitidas por el Gobierno está en la página web del Sinapred. La fecha es del martes 4 de septiembre, a la 1:00 p.m., donde se publica que el Ejecutivo emitió alerta roja en la RAAN, amarilla en la RAAS, y verde en el resto del país, después de las 11:00 p.m. del lunes 3, es decir cuatro horas antes del impacto, cuando el huracán estaba a sólo 209 kilómetros de Bilwi, más cerca que ir de Managua a Ocotal.

MÁS LEJOS PERO MÁS PREPARADOS

Para entonces, Honduras, Guatemala y hasta México habían emitido sendas alertas. Si bien la primera alerta del Gobierno la hizo pública el presidente Daniel Ortega a las 9:28 a.m. del lunes, el vecino país del norte había iniciado evacuaciones desde el domingo anterior.

Fue hasta el lunes 3, después de las tres de la tarde, que el Gobierno decretó la alerta amarilla.

El mayor general Julio César Avilés, del Ejército de Nicaragua, aseguró que la Defensa Civil trabajó en la zona desde el sábado 1 de septiembre con miras a las afectaciones consideradas indirectas hasta entonces, pero que desde mediados de año mantienen la vigilancia a través del Plan Contingente ante Intensas Lluvias.

Un miembro del Club de Radio Experimentadores (aficionados) de Nicaragua, confirmó que los militares iniciaron los avisos desde el sábado. Pero el Ejecutivo no dio señales de “vida” hasta las 9:20 del lunes.

Incluso cuando el Presidente emitió la alerta amarilla en la RAAN, el Ejército actuaba como si estuviera en alerta roja para la zona de Cabo Gracias a Dios.

ACTUACIÓN “ILEGAL”, PERO VITAL

Una fuente que prefirió el anonimato advirtió que las instituciones miembros pudieron haber violado la ley al no esperar hasta que el Ejecutivo declarara alguna alerta el lunes, pero que esa “ilegalidad” pudo salvar la vida de muchas personas.

Asimismo, mencionó que la reacción tardía del Ejecutivo probablemente no se dio por indolencia, sino por ignorancia, ya que algunos de los cambios que se dieron con el nuevo Gobierno supuestamente involucraron el despido de técnicos de enlace claves en algunas de las instituciones que conforman el Sinapred, y los sustitutos no tienen la experiencia requerida para estos casos.

La fuente señaló que si el cambio hubiera afectado a alguien del Ineter, el daño habría sido mayor, debido a la alta preparación de sus científicos.

LA PRENSA intentó entrevistar sobre este tema al director de Operaciones del Sinapred, Edgard Orozco, pero éste se hizo el disimulado después de escuchar por primera vez la pregunta.

Según la Defensa Civil y otras instituciones del Sinapred, este “lapsus” del Gobierno podría no reflejarse en el número de víctimas porque, aún con la rápida reacción del cuerpo castrense, los habitantes se negaron a ser evacuados.

Algunos incluso prefirieron la opción de subirse a un árbol antes que abandonar sus casas, otros supuestamente jamás se dieron cuenta del riesgo que corrían, porque se habían metido a la montaña desde hacía varios días a trabajar en labores del campo.

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