domingo, febrero 07, 2010

AMOR SIN FRONTERAS

Noviazgo, relaciones sexuales y familia, son temas que también se viven con intensidad entre los jóvenes con capacidades diferentes


Por Erika Gertsch Romero.- “Eres mi mundo”, le dijo Oliver a Maryuri mientras tomaba su rostro. Fue a comienzos de abril del 2004 y era una tarde de mucho polvo y calor sofocante en aquel patio baldío donde los jóvenes enamorados se encontraron. Un beso selló el noviazgo.

La escena no dejaría de ser una más de las miles que suceden a diario, pero Maryuri Baltodano (26 años) y Oliver Smith (27años) se desplazan en silla de ruedas y ambos viven en el Hogar de Protección Pajarito Azul.

La joven de tez blanca, ojos grandes y redondos, cambia de entonación cuando recuerda lo complicado que fue para ellos iniciar su noviazgo.

"Al comienzo teníamos muchos problemas, pero hemos roto esa barrera. Lo más difícil fue vernos a escondidas, pero todo cambió cuando demostramos que podemos luchar no sólo por ser vistos como seres con derechos, sino que también vivimos etapas como cualquier otra persona, y el amor no es la excepción", aseveró Maryuri, mientras quitaba sus lentes y secaba sus ojos, emocionada.

Ambos han crecido en el centro de protección y han tenido que superar las barreras que surgen “por ignorancia, por cultura o simplemente por creer que somos discapacitados emocionalmente y no es así, se equivocan”, afirma tajante Oliver.

Según el doctor Douglas Paizamo, médico especializado en atender a jóvenes con discapacidades, estos mitos pueden provocar graves secuelas emocionales e innecesarias en estas personas al reprimirlos sexualmente.

“Está comprobado que los deseos sexuales existen en los discapacitados. Este proceso natural les condiciona de forma innata ya que depende de las hormonas, al igual que ocurre en una persona que no presenta ningún tipo de limitante”, afirmó Paizamo.

Los actos sexuales entre discapacitados son aún visto con malos ojos por diversos sectores sociales en nuestro país.

"Muchos creen que es un acto pecaminoso que una persona sin problemas motores, sostenga una relación con otra, por ejemplo, con Síndrome de Dows, pero debe verse con normalidad; la mayor parte de los discapacitados (excepto los que presentan problemas neurológicos) son cien por ciento activos y en muchos casos reproductivos, quien cree lo contrario, está equivocado”, puntualizó el especialista.

Pero la información exacta, y libre de opiniones estereotipadas, no está siempre disponible para estos jóvenes. Los libros y charlas generalizan el tema, por ende carecen de al menos un capítulo que relacione la discapacidad con la sexualidad.

En nuestro país crecen y se desarrollan día a día miles de jóvenes con diversas dificultades motoras, sicológicas, que no logran desarrollarse sexualmente por temor a las reacciones que familiares, amigos o educadores puedan tener de ellos. “Se inhiben, dejando el paso libre a la violación a sus derechos reproductivos”, afirma el doctor Paizamo.

Este no es el caso de Maryuri y Oliver.

Y es en ese patio delantero de Pajarito Azul, cuyo suelo de tierra fina es levantado por el viento, donde los jóvenes se refugian, lejos del bullicio que provocan sus compañeros, de las miradas curiosas.

“Nos vemos a solas dos horas al día, no más”, sonríe Maryuri, quién además admite que resulta pesado verse con Oliver reiteradas veces. “Podríamos matar el amor”, asegura.

Han crecido como hermanos, han compartido juntos las etapas más difíciles y entre paredes blancas y corredores largos, dolorosas rehabilitaciones han fortalecido sus corazones. El caso de Maryuri y Oliver, fue la punta de lanza para que en la Dirección del centro permitieran el noviazgo entre ellos.

¿Pero cómo manejar el estado hormonal de un joven con discapacidad?

Según la máster en Educación Sexual, Ruth Elizondo, la educación y el trato personalizado facilita al joven en edad reproductiva integrarse en la sociedad, dirigiéndose a la otra persona con respeto y sana atracción.

“Somos un reloj biológico, y este no se controla, ni se detiene. Los jóvenes con discapacidad reaccionan igual que nosotros, la diferencia es que se inhiben por la educación que en muchos de los casos le dan sus padres o maestros, por hacerles creer que no está bien que ellas sean coquetas, que ellos pongan mayor atención a su cuerpo”, asegura Elizondo.

Cada uno de los 89 jóvenes residentes en el Hogar de Protección “Pajarito Azul” presentan algún tipo de discapacidad, una personalidad que los distingue, pero una misma ilusión que no todos podrán cumplir: formar su propia familia.

Según María Isabel González, psicóloga del Hogar, la adopción ya no es una alternativa para los 89 jóvenes. Sin embargo existen especialistas que trabajan con ellos para ayudarles a fortalecer su autoestima y hacerles sentir en familia, no siendo suficiente, admite la experta.

Pero llevar un noviazgo dentro de un centro de protección para discapacitados, no es tarea fácil.

María Isabel también es joven, y ha vinculado su carrera profesional al servicio de “estos ángeles que nadie les gusta atender por no ser un especialidad bien remunerada”...CONTINÚA APRENDIENDO DE ESTA BELLA HISTORIAL REAL

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