miércoles, diciembre 23, 2009

HONDURAS: EL GOLPE QUE DIVISIÓ A LA REGIÓN

Honduras: el golpe que dividió a la región
José Meléndez Corresponsal
El Universal

Miércoles 23 de diciembre de 2009

Con una obra de tres actos (golpe de Estado, elecciones presidenciales y traspaso de poder) ante tribunas repletas, la profunda crisis institucional de Honduras acaparó gran parte de las disputas diplomáticas internacionales del segundo semestre de 2009



SAN JOSÉ.— Con una obra de tres actos (golpe de Estado, elecciones presidenciales y traspaso de poder) ante tribunas repletas, la profunda crisis institucional de Honduras acaparó gran parte de las disputas diplomáticas internacionales del segundo semestre de 2009, provocó el más grave conflicto político en Centroamérica desde el final de la guerra en 1996 y recrudeció las agudas divergencias interamericanas y latinoeuropeas.

Aderezado por fallidas negociaciones en San José y Tegucigalpa para restituir al depuesto presidente Manuel Zelaya, el conflicto mantiene la alianza militar, empresarial y partidista de las fuerzas más poderosas de Honduras que, con dominio mediático, ejecutó el golpe del 28 de junio por la presunta intención reeleccionista del gobernante, organizó los comicios del 29 de noviembre y avanza al traspaso de poder del 27 de enero.

“Son tres golpes en uno solo y dos escenarios”, dijo Regina Fonseca, coordinadora del Centro de Derechos de Mujeres, ente no estatal de Tegucigalpa. En una entrevista con EL UNIVERSAL, Fonseca narró que “un escenario lo muestran los medios de comunicación y otro son las violaciones a los derechos humanos: van más de 60 muertos selectivos (desde que ocurrió el golpe)”.

En un editorial, el periódico La Prensa, de la norteña ciudad de San Pedro Sula, mostró otra imagen de país y alabó la “credibilidad” de unas elecciones que fueron las “más transparentes de la historia” hondureña y las más concurridas.

La administración del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aprovechó la crisis hondureña para pactar en el Congreso con el Partido Republicano. Zelaya insertó a Honduras en el eje que encabeza el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, por lo que los republicanos apoyaron el golpe con el argumento de que sirvió para contener la influencia del gobernante venezolano en el istmo, más allá de Nicaragua, su fiel aliado.

Un arreglo con los republicanos

Zelaya denunció que el arreglo estableció que si los republicanos ratificaban en el Senado a Arturo Valenzuela como subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental y a Thomas Shannon como embajador en Brasil, la Casa Blanca aceptaría los comicios. Lo cierto es que los dos fueron ratificados y Obama reconoció las elecciones y a Porfirio Lobo como presidente electo de Honduras.

Estados Unidos estuvo cuatro meses firme hasta el pacto interno. Arregló “su casa y nos metieron en un lío mayor a nosotros”, dijo Zelaya en entrevista a finales de noviembre con EL UNIVERSAL.

Todos se aprovecharon

El asunto hondureño fue utilizado por Caracas, La Habana, La Paz, Quito y Managua para desnudar la credibilidad de Obama en su política hacia América Latina y el Caribe: de la condena del golpe, Washington pasó a la ambigüedad, a reconocer los comicios y a Lobo y a arrastrar a Costa Rica, Colombia, Panamá y Perú en su posición.

Obama se alió primero al consenso continental y presionó a los golpistas para que aceptaran restituir a Zelaya, aunque siempre se le exigió más contundencia en contra del régimen de facto presidido por Roberto Micheletti.

Las dudas crecieron cuando emisarios de Zelaya y de Micheletti, con mediación de Thomas Shannon (entonces subsecretario para el Hemisferio Occidental) y de otros diplomáticos de EU, firmaron el 30 de octubre en Tegucigalpa un pacto para reinstalar el orden constitucional y regresar al escenario previo al 28 de junio.

El acuerdo nunca fijó con claridad que el Congreso de Honduras se reuniría el 5 de noviembre para restituir a Zelaya, ni que el gobernante depuesto presidiría un gobierno de reconciliación. Washington tampoco exigió el regreso de Zelaya ni cumplir el convenio; Micheletti siguió con las elecciones, Lobo ganó y el Congreso rechazó el retorno del gobernante depuesto.

Una OEA fracturada

En la peor crisis en el área desde que en 1996 acabó la guerra de Guatemala, el caso hondureño dividió a la Organización de Estados Americanos y complicó la firma de un acuerdo económico de Centroamérica con la Unión Europea.

Brasil, alejado de Obama por el tema Honduras y a cuya embajada en Tegucigalpa llegó a recluirse Zelaya desde el 21 de septiembre, sigue firme con Europa y parte de América Latina y el Caribe en desconocer a Lobo, por surgir de unos comicios de germen golpista.

Contrario a Brasil, Óscar Arias, presidente de Costa Rica y ex mediador en la crisis, pidió “pasar la página” del golpe y reconocer a Lobo, quien convocó a la reconciliación y, pese a todo, conduce a Honduras al tercer acto: el traspaso de poderes del golpista al presidente electo...CONTINÚA INFORMÁNDOTE.

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