viernes, diciembre 11, 2009
USTED DISCULPE
Quizás esté usted disfrutando de su güisquito de dos salarios mínimos , mientras revisa El Semanario y espera a su invitado, en ese estupeno restaurante que decidió visitar después de haber leído en La Buena Vida, aquella sabrosa e irresistible reseña de Gustavo Cantú.
Habrá pedido ya al mesero que le vayan preparando ese excelente foie gras de cinco salarios mínimos, para acompañar aquel Chateau que le recomendó el sommelier, algo caro, sí, pero es seguro que será una buena inversión y que esos 100 salarios mínimos ayudarán para que su contertulio, el de la Comisión, se ambiente y acceda a bajar su “comisión”, también “de clase mundial”, y así pueda cerrar ese negociazo que desde ya le asegurará un muy próspero año 2010. Por cierto, ¡feliz año nuevo!
Tal vez leyó que a pesar del optimismo oficial, el país tardará al menos un año, si no es que dos, para recuperarse de la crisis y eso si no nos llega otra, obviamente importada, que aquí las cosas se manejan muy bien. Afortunadamente no es el caso de usted, habilidoso empresario; después de todo, “a río revuelto…”.
La próxima semana comerá con su líder, ese cínico personaje que tanto dinero le ha sacado, pero que tan buenos servicios le ha prestado y que durante muchos años ha mantenido la paz social con sus trabajadores, en las buenas y en las malas, incluyendo aquella vez en que se quisieron meter los independientes y hubo que llegar hasta el recuento , en donde les hizo ver su suerte con aquellos doscientos “nuevos obreros” que aparecieron súbitamente, blandiendo sus “herramientas de trabajo” y mantuvieron a raya a los revoltosos. Repartió una buena lana en Conciliación y Arbitraje y tuvo que correr a sus mejores trabajadores, pero valió la pena. Es verdad que el líder ya no se para por su Empresa, pero mantiene el control y eso es lo que importa.
Hasta eso que el viejo es grato y cuenta buenas anécdotas de Don Fidel, de aquellos viejos tiempos en los que una llamada al Secretario era suficiente para resolver cualquier problema sindical y poner en su lugar a quienes osaban rebelarse. Sigue teniendo el apetito de cuando trabajaba en la fábrica y aunque seguramente ordenará un porter house de siete salarios mínimos, lo pedirá bien cocido, con papas a la francesa y a un lado, sus frijolitos charros.
Claro que no se trata de arreglar nada en esa comida, sino de que el líder la pase bien. Habrá que esperar a que la otra Comisión , la de los salarios, fije el nuevo mínimo que de acuerdo con la Constitución deberá ser suficiente “para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos”, ¡vamos!, hasta para concurrir a espectáculos y prácticar deportes, según dice la Ley Federal del Trabajo.
Como siempre, los responsables representantes obreros aceptarán un incremento ridículo para no poner en riesgo la economía nacional, conscientes de que el aumento será insuficiente e inconstitucional, pero también de que así evitarán esa perniciosa carrera entre precios y salarios que trae consigo la terrible inflación, “el peor impuesto para la clase trabajadora”, mucho más grave incluso que el IVA en alimentos y medicinas . Los sesudos estudios de la Comisión (no la de las “comisiones” sino la de los salarios) la llevarán a determinar que lo mejor para el país y para todos los mexicanos es que el salario mínimo general alcance los cincuenta y siete pesos diarios, un cuatro por ciento de aumento para que los trabajadores no tengan que soportar el peso de la crisis, aunque deban hacerlo los sacrificados empresarios.
Claro que esto no debe quitarle a usted el hambre, después de todo, nadie en su Empresa gana un salario mínimo. Los que ganan menos cobran dos de esos salarios y eso que prácticamente no saben hacer nada; como quien dice, están becados. Su chofer, por ejemplo, rebasa los cinco mínimos, y aunque llega a las siete de la mañana y se va después de las diez de la noche, la verdad es que su chamba es de lo más tranquila y no cualquiera se da el lujo de manejar un mítico Clase S, de 100 años de salario mínimo –ni conservador ni inalcanzable y con un bajísimo costo de mantenimiento– .
Si se asoma a la Sección de Finanzas, podrá ver usted que en el comparativo de los quince, nuestro querido México es el país que tiene el menor producto interno bruto anual y que sólo dos tienen una tasa de inflación mayor. Eso sí, con nuestra peculiar manera de medir la desocupación, pocos pueden presumir índices más bajos y aunque cada vez tenemos más desempleados, somos la envidia de españoles, estadunidenses, franceses, canadienses e ingleses, pero también de los chilenos, argentinos y brasileños. Como diría Luis Spota, “casi el paraíso”.
Por cierto que nuestros salarios mínimos están entre los más bajos de América Latina. ¿Tendrá algo que ver con que nuestro mercado interno sea absolutamente insuficiente para sostener la economía nacional y que por ello nos haya pegado tan duro, más que a nadie, la crisis de los gringos? Supongo que no, después de todo, Oportunidades y Procampo reparten enormes cantidades de dinero y los salarios bajos garantizan la inversión extranjera.
En nuestro México, hay trabajo para casi todos, aunque sea en la informalidad o en la delincuencia, no obstante que el empleo formal, al menos el de uno o dos salarios mínimos, no alcance para que una familia abandone la pobreza y a veces ni siquiera para salir de la miseria. Aunque hoy hay tres desocupados por cada dos que había cuando entró “el presidente del empleo”, seguimos teniendo mucho trabajo. Ya solo nos faltan los salarios, pero por algo se empieza.
Usted disculpe, espero que ya no tarde su invitado. ¡Buen provecho! y no olvide dejar una buena propina, que su mesero no tiene sueldo fijo y tiene que mocharse con el garrotero, el capitán, el sommelier y el cantinero. Que tenga buena salud, una feliz Navidad y que haya paz en la tierra para los hombres de buena voluntad.
El salario mínimo en México es de $54.80 por día (el mayor en un rango de tres), equivalente a unos $4.20 dólares de los EUA.
Sección de El Semanario.
Podría ser, por ejemplo, la Comisión Federal de Electricidad.
Así se anuncia la Comisión Federal de Electricidad.
“…, ganancia de pescadores”.
Se les llama así en México a los sindicatos que no pertenecen al oficialista “Congreso del Trabajo”.
Votación para elegir al sindicato mayoritario en una empresa.
Dinero.
Se refiere a los tribunales laborales: las Juntas de Conciliación y Arbitraje.
Se refiere a Fidel Velázquez Sánchez, quien fuera Secretario General de la Confederación de Trabajadores de México durante más de medio siglo.
Se refiere al Secretario del Trabajo y Previsión Social.
Típico acompañamiento de la comida mexicana (“Charro” es también un término con el que comunmente se conoce a los líderes sindicales que sirven al patrón y al gobierno).
Se refiere a la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos.
Actualmente los alimentos no procesados y las medicinas están exentos del Impuesto al Valor Agregado. Recientemente se ha pretendido gravarlos.
Modelo de Mercedes Benz.
Alude a la publicidad de la Mercedes Benz.
Título de una novela de ese autor.
Son dos programas sociales del gobierno mexicano.
Frase de la campaña de Felipe Calderón.
Repartir dinero.
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