Oscar Arias, ripostó duramente las declaraciones del presidente Ortega, en relación a los Acuerdos de Esquipulas. /LA PRENSA/AP
Josué Bravo y AP-AFP
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Ortega, el ausente
El Presidente de Nicaragua fue el único Presidente centroamericano que no asistió ayer a la celebración del 20 aniversario de la firma de los Acuerdos de Paz de Esquipulas II, que se celebró ayer en San José, Costa Rica.
A esta celebración asistieron, además del anfitrión; el Presidente de Panamá, Martín Torrijos; el de Honduras, Manuel Zelaya; el de El Salvador, Elías Antonio Saca, y el de Guatemala, Óscar Berger. “Sólo don Daniel Ortega sabrá por qué razón no está aquí, pero la verdad es que tiene al presidente Lula en su país y esa es más que una buena razón… los resentimientos porque yo me lo merezca o no me lo merezca (el Premio Nobel de la Paz) me tienen sin cuidado”, dijo Arias a una radio local.
Ortega acusó al presidente tico Óscar Arias de haber conspirado en su contra y éste respondió a tono
El Presidente de Nicaragua, Daniel Ortega y el Presidente de Costa Rica intercambiaron fuertes señalamientos y acusaciones ayer, en lo que parece ser un mayor enfriamiento en las relaciones entre ambos mandatarios.
Durante un discurso ofrecido ayer aquí en Managua para darle la bienvenida al Presidente de Brasil, Luiz Inácio (Lula) da Silva, Ortega acusó al mandatario costarricense de haber conspirado en contra del Gobierno sandinista de los ochenta, siguiendo instrucciones de Estados Unidos.
Desde Costa Rica, en un discurso ofrecido en ocasión del 20 aniversario de los Acuerdos de Paz de Esquipulas II, donde se reunieron los presidentes de Centroamérica, menos Ortega, Arias alertó contra “las voces de quienes desconfían en la democracia y sus mecanismos”.
LA “FACTURA” DE ORTEGA
Según Ortega, cuando los presidentes de Centroamérica se aprestaban hace 20 años a firmar los Acuerdos de Paz, Arias habría propuesto a los mandatarios excluir al Gobierno sandinista.
“Ellos (Estados Unidos y Costa Rica) no querían que nos reuniéramos los presidentes centroamericanos, amenazaban al Presidente de Honduras, amenazaban al Presidente de El Salvador, los amenazaban para que no nos reuniéramos, y al Presidente de Costa Rica (Arias en ese entonces) lo utilizaban para conspirar en contra nuestra. Sí, lo utilizaban”, dijo Ortega.
“En una ocasión el Presidente de Costa Rica reunió a los presidentes de Centroamérica en Costa Rica antes de estos acuerdos y les propuso que tomaran ellos acuerdos sin tomar en cuenta a Nicaragua, entonces el Presidente de Guatemala (Vinicio Cerezo) fue el primero que saltó y dijo: ¿Cómo van a hacer eso?”
“Entonces, finalmente en Guatemala y gracias a la posición firme del presidente Cerezo se logró dar el primer paso”.
ARIAS RIPOSTA
Aunque ninguno de los dos mandatarios se mencionó por su nombre, las alusiones dejaron en evidencia la intención de sus palabras y así como Ortega se refirió a Arias como “el Presidente de ese momento”, Arias también dirigió un discurso que implícitamente iba dirigido a Ortega, el único Presidente ausente en la celebración de Esquipulas en San José.
Arias Sánchez dijo ayer que todavía hay latinoamericanos que sueñan con jugar el papel de Lenín, Fidel Castro y Ché Guevara y que prefieren las revoluciones sangrientas a las reformas.
“De que yo prefiero la reforma de nuestras sociedades y las reformas de nuestras instituciones a la revolución sangrienta, pues sí, esa es mi preferencia”, dijo Arias en una conferencia de prensa junto a cuatro colegas centroamericanos que asistieron a San José para celebrar el 20 aniversario de los Acuerdos de Esquipulas II.
“Sin embargo, en el 2007 hay todavía latinoamericanos que sueñan con jugar el papel de Lenín, de Fidel Castro, del Ché Guevara. Tienen su derecho, yo los respeto, pero yo también a veces me lamento de que la reforma es demasiado lenta en América Latina y en mi país de igual manera”, añadió Arias Sánchez.
En su segundo mandato, el Presidente costarricense ha tenido discrepancias con Castro, porque ha criticado su manera de gobernar Cuba, pero también con el Presidente venezolano Hugo Chávez y con Daniel Ortega, el gran ausente de esta celebración.
CAMBIOS Y REFORMAS
“Por eso he dicho a lo largo de algunos años de mi vida, que la reforma hay que hacerla a tiempo para no derramar sangre y no hacerla con sangre para evitar gastar mucho tiempo en ella”, dijo Arias Sánchez.
“La escogencia para mí y para los costarricenses es evidente: Nosotros queremos hacer los cambios institucionales, los cambios que requiere Costa Rica mediante reformas y no mediante revoluciones”, agregó.
Ya en su discurso principal, Arias dijo ver con preocupación cómo en América Latina se han alzado manifestaciones que muestran desinterés por el respeto de las voluntades de las mayorías y a las instituciones que identifican un Estado de Derecho.
“Cuidado, estamos simplemente jugando con fuego. Ni Costa Rica ni Latinoamérica pueden seguir deslizándose por la pendiente de la violencia verbal y la incitación al conflicto, porque en el fondo de esa pendiente nos encontraremos sin duda alguna con la violencia física”, añadió el mandatario.
“Y si tocamos ese punto todo lo que durante los últimos 20 años hemos construido, quedará sencillamente enterrado. No existe nada tan importante en nuestra región que amerite volver a los oscuros años de enfrentamientos civiles. No existe ninguna amenaza”, enfatizó.
Aunque los cinco mandatarios que asistieron a esta celebración coincidieron en que Centroamérica ha avanzado después de Esquipulas II, también reconocieron que aún hay guerras que librar contra la pobreza, la inseguridad, el narcotráfico y la exclusión social, por mencionar algunos aspectos.
EL TEMA DE LA INTEGRACIÓN
Otro que puso el dedo en la llaga con su discurso fue el mandatario salvadoreño Elías Antonio Saca, quien abogó por la integración centroamericana.
Aunque posteriormente aclaró que no se refería a Costa Rica, Saca dijo que “la realidad internacional nos demuestra que trabajando juntos, en bloque, sin egoísmos, podemos lograr mucho más que actuando solos” y a la vez destacó el desempeño de algunas instituciones que los costarricenses se han rehusado integrar, como el Parlamento Centroamericano y la Corte Centroamericana de Justicia.
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