lunes, noviembre 02, 2009

HASTA PRONTO LUIS MANUEL: MOISÉS ABSALÓN PASTORA.

DETALLES DEL MOMENTO

Nicaragua perdió a un patriota, el país a un gran ciudadano, la Asociación de Periodistas de Nicaragua a uno de sus más monumentales forjadores, su viuda, Aída, a un gran esposo, sus muchísimos hijos a un gran padre, la Fraternidad Internacional de Hombres de Negocio del Evangelio Completo (Capítulo de los sábados por la mañana en el Holliday Inn) a uno de sus más perseverantes pescadores de hombres pero en medio de todo Dios ganó a un General porque hoy tiene a su lado a Luís Manuel Mora Sánchez.

Este pasado viernes cuando me disponía a descansar recibí una llamada del confraterno Walter Gutiérrez, presidente del capítulo del cual soy secretario para decirme que Luís Manuel Mora estaba en emergencia del Hospital Vivian Pellas. Junto a mi señora, Saraí, me desplace hacia el punto y cuando llegué ya estaban otros directivos de mi capítulo y dos de la nacional orando por Luís a quien sinceramente no le observé, ni siquiera lejanamente, ninguna manifestación que me condujera a creer que estaba frente a los últimos momentos lúcidos de su vida. Antes bien tratando de diluir cualquier tensión en el ambiente le dije que se levantara de la cama que no estuviera de haragán porque al día siguiente jugaríamos fútbol.

Luís Manuel tenía en su abdomen rasguños visibles del poste de concreto que horas antes le impactó mientras se balanceaba, al lado del también fraterno Ramón Gutiérrez, sobre esa hamaca desde la cual delineó los trazos arquitectónicos de la casa de sus sueños que con mucho esfuerzo estaba a punto de terminar en los Altos de Ticomo, en ese su paraíso sentimental al que denominó como “El Capulín” a propósito de un árbol que con el mismo nombre domina el centro del amplio terreno. Aquella sentada fatal sobre la hamaca fue demasiado peso y posiblemente la lluvia de los últimos días, ya fuera de invierno, hizo ceder con una violencia insospechada el poste que con la fuerza de un misil cayó en la región pélvica de Luís Manuel.

Esas fueron las circunstancias reales de los hechos pero el proceso que sucedió fue el traslado de Luís del Hospital Vivian Pellas, donde después de una placa se le detectó una sombra grisácea sobre el golpe, al Hospital Bautista donde le hicieron una primera intervención de cuatro horas para tratar de controlar una hemorragia cuya fuente estaba en los intestinos. Al salir del quirófano las expectativas eran más que reservadas y toda esperanza se depositó entonces en la misericordia divina a través de la profundidad de la oración.

Para nosotros en el capítulo de la Fraternidad de éste sábado la natural pesadumbre que ya sentíamos por el estado de Luís Manuel, nuestro vicepresidente, se volvió más agobiante cuando Ramón Gutiérrez , que resultó con el brazo quebrado en el mismo accidente y que nos visitó sobre la ruta hacia un Seminario Avanzado para Líderes que la FIHNEC realizaba en Las Nubes, El Crucero, dejó caer un balde de agua fría al decirnos en síntesis que había que orar, orar y orar porque a nuestro vicepresidente le sobrevino un infarto y nuevamente fue ingresado al quirófano porque la hemorragia fue más profusa y más ágil que cualquier transfusión que se le hiciese.

Al terminar nuestro capítulo todos los directivos y los miembros nos trasladamos al Bautista. El panorama era sombrío. Aída su esposa con el rostro desencajado por la angustia y lo inexorable nos confirmaba el pronóstico que no queríamos oír. Aquel pasillo donde nos encontrábamos, a las puertas del quirófano, después de otra de las muchas oraciones que se sucedieron, era un silencio total. Cada uno de los ahí presentes celular en mano era multiplicador de aquella perturbadora noticia. Otros con la mirada puesta en el limbo repasábamos en el pensamiento la cinta de los recuerdos buscando en los archivos los episodios vividos con Luís. Así nos encontrábamos hasta que los rodos de una cama se hicieron escuchar. Era Luís, escoltado por médicos y enfermeras que hicieron lo que podían hacer, mientras nuestro hermano estaba en la más absoluta inconciencia, profundamente dormido, en coma dirían los galenos pero en realidad en una profunda comunicación con Dios avisando al Padre que iniciaba el vuelo de los Ángeles y que se montaba sobre el viaje para el que se había preparado en lo últimos cinco años de su vida.

Tras ingresar a cuidados intensivos se nos dijo que Luís Manuel tenía presión cero. Todos entonces, halados por un impulso divino, hicimos un circulo de oración en el que estaba Aída su esposa y María Fernanda una de sus hijas, ambas me flanqueaban y cuando las mandaron a llamar sentí un escalofrío y algo en mí me dijo que lo fatal había sucedido; estaba en lo cierto Aída volvió a nosotros y con un grito desgarrador, de esos que te abren el piso y te desbaratan el alma, que te petrifican y te congelan, escuchamos; ¡Murióoooo!

Con el mismo corazón quebrantado que muchísimos amigos de Luís Manuel Mora Sánchez sentimos yo quiero decir ¡Partioooo! Dejando aquí una historia marcada a lo largo de su vida que lo destaca como un guerrero de la libertad, como un defensor de la democracia que jamás abandonó aun en los caminos de Dios porque era de aquellos que decía que el mal existe porque los buenos a veces no hacemos nada.

Luis Manuel había abandonado el interés partidario porque mucha razón tenía al confesarse defraudado por el comercio que los hijastros de Nicaragua hicieron con los valores que con ahínco siempre defendió y por lo cual fue prisionero político, reo torturado que salió de la cárcel gracias a las gestiones personales del ex-presidente Jimmy Carter y uno de los tantos periodista enviados al exilio, en su caso a Costa Rica desde donde luchó por la liberación de su país desde Radio Impacto.

Luís Manuel Mora Sánchez hermano del alma a quien conozco desde los primigenios días de la lucha anti-sandinista tuvo efectivamente una pública y práctica conversión hacia el cristianismo. Desde su programa Temas y Debates, que transmitía en el Canal de Noticias de Nicaragua, donde la familia Suárez siempre lo trató con especial cariño y lo mantuvo al aire a pesar de lo mucho que le estaba costando sostener el espacio, Luís Manuel, cambio su formato y el ingrediente político pasó a ser sustancia de Dios y desde ahí lo vimos crecer tan espiritualmente, que el Señor que ahora le abre los brazos con amor, le concedió el Don de la pesca, el de atrapar en sus redes como pescador de almas perdidas a tantas gentes que como yo siempre le estaremos agradecidos por habernos invitado a la Fraternidad de Hombres de Negocios desde donde vemos al mundo y la vida desde un prisma totalmente diferente donde nuestro quehacer lo marca, lo conduce y lo dirige Jesús de Nazaret.

Su partida sin embargo no deja de ser tan inesperada como inverosímil. Reflexionando mientras despedíamos el empaque físico de lo que era Luís me ponía a pensar que en las calles bolos y alcohólicos se estrellan contra una pared o chocan de frente contra un furgón y salen ilesos, sin un rasguño o un chichote. Pero Luís en esa casa que con mucha ilusión terminaba de construir, sentado tranquilamente en una hamaca, sufre un accidente y el resultado le resulta mortal. Esta reflexión no es un reclamo a Dios que nos lo dio para disfrutarlo, sino la evidencia que se lo quería llevar porque Luís Manuel Mora ya había hecho los suficientes méritos para estar como está hoy sentado a la diestra del Padre.

Luís Manuel hermano mío:

No puedo decirte que eres de los muertos que nunca mueres porque muchas veces hablamos de esa frase chocante contra la única inmortalidad que existe y que representa Dios y su Hijo Amado, pero sí celebro que ya estés viviendo en ese paraíso para el cual te preparaste durante los últimos cinco años, recurrido a través del cual habemos quienes nos disponemos a profundizar esa proceso de conversión mientras como vos nos llega el momento.

A su viuda Aída y sus hijos fuerza y valor. El fue grande y proveyó para que Luís en sus últimas horas estuviera en las mejores manos y tuviera como tuvo un funeral digno a la altura de su majestad profesional y cristiana. El continuará con ustedes iluminando caminos para que puedan llegar al territorio de la sabiduría donde cada decisión será la voluntad de quien hoy los abraza en su dolor para darles consuelo.

Hasta pronto hermano mió.


Moises Absalon Past

1 comentario:

ana dijo...

Mi mas sentido pesame a Eliezer Y Linda, que Dios le de mucha fuerza y resignacion.

los quiero mucho

ANA MARIA