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Por Mario Naranjo
TEGUCIGALPA (Reuters) - El derrocado presidente de Honduras Manuel Zelaya dijo el viernes que el acuerdo que firmó la semana pasada es "letra muerta", luego de que el jefe del Gobierno de facto, Roberto Micheletti, formó un gobierno de unidad nacional sin incluir al destituido mandatario.
Tras meses de negociaciones para volver al poder con el apoyo de la comunidad internacional, Zelaya acordó la semana pasada con la administración interina formar un gobierno de unidad nacional y que el Congreso decidiera si él debía retornar a la presidencia del país.
Según al cronograma acordado por negociadores de Zelaya y del Gobierno de facto, el gabinete de unidad debía quedar conformado el jueves. El depuesto líder aseguraba que primero debía ser restituido antes de que se designara a los funcionarios que integrarían ese gobierno de reconciliación.
A última hora del jueves, Micheletti instaló un gobierno de unidad nacional y dijo que con esto cumplía el acuerdo que buscaba poner fin a la crisis del tercer país más pobre de América Central.
Horas antes, el mandatario de facto pidió la renuncia a sus ministros para que sus cargos sean ocupados por funcionarios escogidos de las listas enviadas por partidos políticos.
El que Micheletti forme y encabece un gobierno de unidad es "una burla para todos nosotros, del pueblo que me eligió, de la comunidad internacional que me estaba apoyando", declaró Zelaya.
Por su parte, Micheletti se jactó de haber "finalizado el proceso de conformación del gobierno de unidad y reconciliación dentro del límite establecido".
En cadena de televisión, Micheletti dijo que el gobierno de unidad representa al "amplio espectro ideológico y político del país (...) a pesar de que el señor Zelaya no envió la lista de representantes".
Washington, que hace una semana se vanaglorió de haber alcanzado el acuerdo fallido, dijo que no había una fecha límite para que el Congreso vote sobre el retorno de Zelaya.
"El único plazo era para la formación del gobierno de unidad nacional, lo que fue hecho", sostuvo un portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos.
El miércoles, la Organización de Estados Americanos (OEA) pidió acelerar la conformación del gobierno de unidad nacional contemplado en el acuerdo y Estados Unidos había dicho que la solución de la crisis política, incluido el retorno de Zelaya, estaba en manos de los hondureños.
DESCONOCE ELECCIONES
El derrocado mandatario vio el anuncio de Micheletti -transmitido por canales de televisión- en la embajada de Brasil, en la que está refugiado desde que volvió clandestinamente a Tegucigalpa a fines de septiembre. La tristeza y el desconsuelo reinaban entre sus colaboradores.
La sede diplomática amaneció rodeada de decenas de policías y militares, más del doble que otros días, además de vehículos antimotines, ambulancias y camiones militares.
Zelaya fue derrocado el 28 de junio y expulsado de Honduras a punta de pistola por militares. Tras el golpe, un gobierno de facto encabezado por Micheletti fue designado por el Congreso, agudizando la peor crisis política en Centroamérica en dos décadas y dividiendo al país.
El portavoz de Zelaya, Jorge Reina, leyó un comunicado en el que se anunció el "total desconocimiento" a las elecciones presidenciales del 29 de noviembre y a sus resultados, debido a que las votaciones "bajo dictadura son un fraude para el pueblo".
En medio del conflicto, un artefacto explosivo de bajo poder detonó el viernes por la madrugada en la capital del país sin provocar daños ni dejar heridos.
Es el tercer día de estallidos de artefactos de bajo poder. El miércoles una granada fue lanzada en el edificio de una operadora celular en una zona comercial de Tegucigalpa, provocando daños materiales.
Otro artefacto casero explotó el miércoles al mediodía en un baño público del centro de la ciudad y una granada había estallado en una radio afín al Gobierno de facto en un hecho que dejó un herido leve.
Pese a los anuncios de los zelayistas, que se mantenían en vigilia, no se reportaron manifestaciones ni incidentes tras la instalación del gobierno de unidad y el fracaso del acuerdo.
(Con reporte adicional de Fiona Ortiz, Gustavo Palencia y Edgard Garrido en Tegucigalpa; editado por Hernán García y Silene Ramírez)
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