Por: Moisés Absalón Pastora.
DETALLES DEL MOMENTO.
En medio de la tempestad que bueno que el Fondo Monetario Internacional aprobara hasta hoy el manejo macro de nuestra economía y haya autorizado un desembolso de 39 millones de dólares en ruta a otros 90 para el próximo año. Es bueno porque no quisiera pensar en la suerte de nuestro país sin ese líquido verde en medio de la crisis internacional, del retiro de la Cuenta Reto del Milenio y de las molestias lógicas por el fraude electoral de hace un año de la Comunidad Económica Europea.
Imaginarnos sin esos fondos es macabro porque ya es demasiado el recorte del presupuesto en mil doscientos millones de córdobas y la discusión pendiente de una nueva reforma tributaria que nos dejará a todos en “bolas” solo porque para el dictador en el poder es preferible eso y jamás aceptar como de todas formas ya sabemos que se robó olímpicamente las elecciones hace exactamente un año.
Mi interés sin embargo no es hacer un enfoque económico desde la superficialidad de lo que alcanzamos a comprender en ese campo, sino a ver las señas y los mensajes desde las interioridades por las cuales el Fondo Monetario Internacional aprobó esos nuevos desembolsos para Nicaragua. Al respecto debo decir que nos vieron con ojos de suma piedad porque el empobrecimiento acelerado de todos los nicaragüenses, el retroceso en términos de desarrollo que vive el país, la diáspora cada vez más masiva de nuestros compatriotas hacia otras naciones en búsqueda de una mínima mejoría, las encuestas que dicen que de cada diez ciudadanos seis quieren emigrar, el desempleo galopante que disparó el delito y la inseguridad y la inestabilidad y polarización política que vivimos son elementos que existiendo fueron pasados por alto por los Fondo Monetaristas que repito, por piedad y no por resultados nos, perdonaron la vida.
Esta aprobación del Fondo Monetario Internacional debió darse únicamente si se aprobaba la reforma tributaria, lo que aun no ha sucedido y francamente creo que cuando pase a discusión será susceptible de muchos cambios muy a pesar de la dictadura neo liberal de Ortega que la quiere tal como está para quedar bien con aquellos a los que fustiga en público y abraza en privado, una farsa tantas veces repetida que no queda duda en los nicaragüenses sobre el cinismo de ser populista por un lado y mata pueblo por otro.
Pero esas cosas son parte de la diaria hipocresía del régimen que a través de efectos de imágenes manipuladas trata de cultivar victorias pírricas como ésta decisión del Fondo Monetario Internacional que va más allá de los desembolsos ofrecidos. En ese sentido se sustrae del contexto que los Estados Unidos y Alemania se abstuvieron de la decisión tomada para enviar un mensaje claro y directo a la dictadura de Ortega.
Estados Unidos y Alemania son socios con poder de veto en el Fondo Monetario Internacional y partiendo de los acontecimientos políticos que vive Nicaragua donde la representación diplomática norteamericana ha sido agredida, su embajador se mantiene asediado y todo lo que representa el robo de las elecciones, la corrupción institucional promovida por Ortega y todo el desbarajuste de infamia que ya conocemos, son suficientes elementos para que esos dos países pudieron frenar los desembolsos pero no lo hicieron primero por piedad al futuro ya incierto de nosotros los nicaragüenses y segundo porque consideraron que esa fue la mejor vía para decirle al dictador que sus problemas ya comenzaron.
Daniel Ortega no mantendrá a flote la economía de Nicaragua con las contribuciones privadas de Hugo Chávez hacia su partido porque como lo ratificó la Asamblea Nacional eso es un negocio particular del FSLN y todo lo que de ahí derive es beneficio para los gamalotes de la dictadura y el resto vagazo para su clientelismo político. Partiendo de ahí hay que tomar muy en serio el mensaje que Estados Unidos y Alemania están enviando porque ni a los norteamericanos ni a los europeos les asusta que una turba de pandilleros rebuznen frente a sus representaciones diplomáticas o los amenacen con declararlos non gratos o expulsarlos del país.
Ni Estados Unidos ni los Europeos se desvelan por los alaridos estridentes de Gustavo Porras o Roberto González -ahora en pugna por el trono del servil más distinguido- exigiendo su salida de Nicaragua. No les preocupa porque el orteguismo no tiene testosterona para hacerlo. Les hace falta aquellos que les conté y hacen lo que hacen para hacer creer a sus dúctiles fuerzas de choque que el antiimperialismo de Ortega es el más extremo de las izquierdas trasnochadas cuando en realidad cruzan hasta los dedos de los pies para que el yanqui o el gringo no bote la gorra ante tanto insulto gratuito contra un pasado en nuestras relaciones que no tiene retorno y que es usado como un pinche pretexto para tocarle los huevos a un tigre que se nos puede venir encima no por la vía de una invasión que para ellos sería un paseo sino socando las tuercas por donde más nos duele; la cooperación que cada vez es menor.
POR NICARAGUA CUESTE LO QUE CUESTE ASI PENSAMOS EN EL MOMENTO.
miércoles, noviembre 04, 2009
AL ENTENDIDO POR SEÑAS...
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