MOISÉS ABSALÓN PASTORA: ¿¿CUÁL PROPUESTA??

Uno de los enormes obstáculos por los cuales los demócratas nicaragüense no alcanzan su mejor nivel es por el figureo de algunos personajes que saliendo de la nada se ubican más allá del bien y el mal para descalificar a las voces autorizadas sobre las que hacen juicios y valoraciones impertinentes aunque el advenedizo que así se lo propone esté totalmente cuestionado.

El más reciente asomo de la necedad personificada lo encarna un tal José Venancio Berrios, representando lo que para muchos es un organismo fantasma y que bajo el nombre de “Pro-voto” ha querido utilizarlo como plataforma propagandística de sus aspiraciones presidenciables. Éste Venancio cuando quiere aparecer llama a sus reporteros, a los que ya tiene previamente contratados, les dice cualquier cosa y con eso, dice él ya está figurando como político de alto tupé.

Por supuesto que una de las características de éste triste personaje ha sido constantemente descalificar como actor legítimo de nuestra sociedad política al Partido Liberal Constitucionalista aduciendo que está en declive, falto de liderazgo y que por tanto la unidad del liberalismo no puede pasar por el PLC.

No son pocos los que señalan como quinta columna a José Venancio Berrios pero si queríamos convencernos de ello basta leer las locuras que según él propone porque es imposible realizarlas sin los liberales constitucionalistas que representan un porcentaje innegable como parte de la unidad que requiere la democracia para tumbar la dictadura.

José Venancio Berrios por ser agente del Orteguismo, tratando de fragmentar la unidad desde un discurso en beneficio de la dictadura, trata como otros agentes, de mostrar su propia ignorancia independientemente de sus propias penas. Decir que puede haber unidad sin el PLC es desconocer el mapa político nicaragüense y no entender que el uno sin el otro (Arnoldo y Eduardo) no vamos a ningún otro lado que no sea a una derrota electoral para reafirmar el régimen autoritario que seguramente financia a Venancio.

Creo que Venancio -que nombrecito- quiere verse en el bolsón de los elegibles pero francamente lo observo lejos de los parámetros necesarios pues una de las características que las bancadas democráticas deberán tomar en cuenta para elegir a los funcionarios a los que próximamente se les vence el periodo es que tengan confianza en ellos, que sus capacidades no hayan sido cuestionadas, que su origen político no sea una nebulosa y que sus aportes hayan sido sólidos en la búsqueda de la democracia.

En todo lo anteriormente planteado no veo que éste Venancio Berrios presente algo atractivo en lo que él llama “propuesta”. Antes bien habría que reclamarle por el grave daño que le ha causado al Partido Liberal Independiente como paracaidista dentro una de sus facciones y razón por la cual la personería de esa agrupación está a merced de los socios de la dictadura en el Consejo Supremo Electoral.

Ser conteste a la reaparición de éste inadaptado que nunca estará bien con nadie, aunque me luce que sí con Ortega, no significa conferirle alguna importancia, pues no la tiene, pero creo que si tenemos alguna esperanza en poder unificar a toda la familia demócrata de Nicaragua es ineludible comenzar a quitar la charbasca del camino. Es hora de despejar la ruta de quitar las piedras para no deteriorar el carro y poner la basura en su lugar.

Los que descalifican porque se engañan así mismos creyéndose conductores de masas. Los que piensan que opinar sobre cualquier cosa, solo porque si, desde el lobby de cualquier hotel aprovechándose del hambre de los periodistas. Los que se autoproclaman líderes y financian programas de televisión con dineros que llegan desde afuera para organizaciones que no tienen sede, porque no existen, no pueden ser parte de la unidad porque son tóxicos que contaminan y en consecuencia hay que desecharlos.

Démosle a los nicaragüenses la oportunidad que quieren para volver a ser libres. Dejemos la chabacanería a un lado y pensemos que no estamos para seguir perdiendo tiempo ni poniendo oídos a los que quieren vivir en el pasado.

POR NICARAGUA CUESTE LO QUE CUESTE ASI PENSAMOS EN EL MOMENTO.