viernes, septiembre 04, 2009

LA UNIÓN EUROPEA Y LOS PASOS DE ORTEGA

La Unión Europea y los pasos de Ortega

El director general adjunto de Relaciones Exteriores de la Comisión Europea y director de las relaciones con América Latina, señor Stefano Sannino, ha venido a Nicaragua a ver si el gobierno de Daniel Ortega ha hecho méritos para que se restablezca la cooperación financiera que le fue suspendida como consecuencia del fraude electoral del año pasado.

Dos días antes de la llegada del señor Sannino, la agencia francesa de prensa AFP informó que “El Gobierno nicaragüense ha hecho esfuerzos, pero todavía necesita dar pasos más importantes en el terreno de los derechos humanos, la democracia y el Estado de Derecho”, según fuentes diplomáticas que dicha agencia internacional de información consultó “al concluir una reunión de representantes de los 27 Estados miembros de la UE. Mas no se informó cuáles son esos “esfuerzos” que supuestamente ha hecho el gobierno de Daniel Ortega, para convencer a los cooperantes europeos de que deben desembolsar los casi 100 millones de dólares de ayuda presupuestaria, que están congelados desde y por el fraude del año pasado.

En realidad, los esfuerzos que ha hecho y los pasos que ha dado el gobierno orteguista más bien han sido en la dirección contraria, es decir, para que la ayuda financiera que está suspendida hasta ahora, sea cancelada definitivamente. En efecto, después del fraude en las elecciones municipales del 9 de noviembre del año pasado, el Gobierno de Ortega ha cometido una serie de flagrantes y deliberadas violaciones a los derechos humanos y a los principios básicos de la gobernabilidad democrática, los que sin ser exhaustivos podemos enumerar en la siguiente lista:

1. Agresiones de turbas paraestatales contra ciudadanos pacíficos y desarmados, inclusive promotores de derechos humanos, que tratan de ejercer sus derechos constitucionales.

2. Obstinación en mantener los resultados del fraude y en negarse a adoptar medidas indispensables para garantizar la limpieza y transparencia electoral en las próximas elecciones regionales y nacionales.

3. Clausura de Radio La Ley y confiscación de sus equipos, pese a que la Constitución lo prohíbe de manera expresa. Además, ahogamiento económico de numerosos espacios informativos y de opinión independientes y opositores.

4. Ocupación de propiedades privadas y anulación de títulos de propiedad rural para reasignarlos a partidarios del gobierno. Confiscación de la extensa propiedad privada que ocupa La Chureca, como se denomina al principal depósito de basura de Managua y de Nicaragua, donde el Gobierno de España planea ejecutar un gran proyecto de desarrollo social.

5. Afiliación masiva obligatoria de funcionarios y empleados públicos al partido gobernante, en violación de la Constitución nacional y la Ley de Servicio Civil.

6. Continuación de los despidos en el Estado por motivos políticos, y negación de pagar las liquidaciones a los miles de ex empleados injustamente despedidos, en desacato de resoluciones judiciales.

7. Juicio político, en el caso de los Cenis, para reprimir y sacar de la competencia electoral al principal líder democrático del país, Eduardo Montealegre; y contra don Jaime Chamorro Cardenal, director de LA PRENSA, por su incansable defensa de la libertad, la democracia y los derechos humanos y la denuncia permanente de la corrupción oficial.

8. Prohibición a los organismos de derechos humanos de visitar las prisiones para constatar las condiciones carcelarias y la situación física y moral de las personas privadas de libertad.

Sin duda que hay muchos casos más de violaciones a los derechos humanos y la gobernabilidad democrática. Pero basta con lo anteriormente puntualizado para saber cuál es la situación real que impera actualmente en Nicaragua. Y por cierto que la misma esposa de Daniel Ortega y poderosa funcionaria gubernamental, señora Rosario Murillo, lo dijo claramente en víspera de la llegada del alto funcionario de Europa: “Los imperios norteamericano y europeo —dijo la señora Murillo— pretenden imponer sus diseños de cooperación y exigirle a Nicaragua que responda a sus modelos y no al que estamos logrando impulsar de acuerdo con la voluntad popular”.

Pero el modelo de Nicaragua tiene que ser el mismo de Europa, Norteamérica y todo el mundo civilizado. Es decir, el modelo del reconocimiento de los derechos humanos, de la libertad y la democracia, de elecciones libres y transparentes. El otro proyecto, el del totalitarismo, del chavismo, del Alba, del “socialismo del siglo XXI”, de la miseria material y la degradación espiritual y moral de la persona humana, ese no es el modelo de Nicaragua sino únicamente de Daniel Ortega, de su esposa, de su gobierno y sus partidarios.

¿Qué más querrán constatar la Unión Europea y personalmente el señor Stefano Sannino en Nicaragua?

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