sábado, diciembre 29, 2007

EL REGRESO DE GADDAFI



El presidente francés, Nicolas Sarkozy, da la bienvenida al líder libio, Muammar al Gaddafi, tras su llegada al palacio del Elíseo, en París, Francia. Gaddafi inició el 10 de diciembre una visita de seis días en la que hubo una importante vertiente comercial. ()

El regreso de Gaddafi
Muammar al Gaddafi, el líder libio de pintoresca imagen que cayó en desgracia internacionalmente tras el atentado terrorista contra un avión de la Pan Am, ha vuelto al primer plano de la escena geopolítica
Pedro C. Martín EFE



Muammar al Gaddafi, el líder libio de pintoresca imagen que cayó en desgracia internacionalmente tras el atentado terrorista contra un avión de la Pan Am, ha vuelto al primer plano de la escena geopolítica

Pedro C. Martín EFE
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Mesada para Ortega

En 1999, Daniel Ortega reconoció en una entrevista que él recibía dinero del coronel libio Muammar al Gaddafi para su manutención personal. No se sabe si aún la sigue recibiendo.

Muammar al Gaddafi ha vuelto por la puerta grande a la escena internacional, tras su asistencia a la reciente cumbre de la Unión Europea y África, en Lisboa; además de su visita a Francia, donde fue recibido por el Presidente de la República, Nicolás Sarkozy, y su estancia en España, para ser recibido por las más altas autoridades del país.

En España, los tres aviones con los que viaja Gaddafi y su séquito de 300 personas se instalaron en un hotel de lujo, en Sevilla.

En cuanto llegó se plantó la jaima con la que el líder libio sigue haciendo honor a su origen beduino. Fuentes del establecimiento señalan que también se sacrificó un cordero, mientras la delegación libia ocupaba 115 de las 127 habitaciones del hotel de lujo, aunque Gaddafi se dirigió de inmediato a la jaima, de color oscuro y dimensiones relativamente pequeñas, que se instaló junto a las piscinas del establecimiento.

Tras dos días de estancia privada, Gaddafi se trasladaría desde Sevilla hasta Madrid para iniciar su primera visita oficial a España en sus 38 años de mandato, lo que viene a confirmar la normalización del que fue considerado durante las dos últimas décadas uno de los parias de la comunidad internacional.

En Francia, el líder de Libia, un país considerado clave en la geopolítica mediterránea, firmó acuerdos de cooperación son Sarkozy, recogiendo los primeros frutos de la operación de diplomacia que permitió poner fin recientemente a ocho años de encarcelamiento de los seis enfermeros búlgaros acusados de haber contagiado deliberadamente el virus del sida a más de 400 niños.

Fue la primera y muy simbólica ilustración de la normalización de las relaciones entre Trípoli y Bruselas prometida por el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.

Esa normalización se plasmará pronto en un acuerdo específico que se someterá a los veintisiete miembros de la Unión Europea para su aprobación y que incluirá la apertura a las exportaciones libias, la facilitación de visados, la cooperación contra la inmigración ilegal, la vigilancia de fronteras y la arqueología, entre otros ámbitos.

El régimen libio

Inició su período de “rehabilitación” tras su renuncia explícita a las armas de destrucción masiva y al acuerdo a que se llegó en 2006 para pagar indemnizaciones a las víctimas del atentado aéreo de un avión de la Pam Am que estalló sobre Lockerbie (Escocia) en 1984, en el que murieron 270 personas.

Después de presiones internacionales y de la intervención del ex presidente sudafricano Nelson Mandela, el Gobierno de Trípoli entregó en 1999 a los dos agentes libios acusados del atentado de Lockerbie para que fuesen juzgados en La Haya por un tribunal escocés. Entonces la ONU anunció la suspensión del embargo internacional que pesaba contra el país.

Así, en los últimos tiempos

Se ha podido ver por Europa la figura de este líder nacido en 1942 en un campamento de la zona desértica de Sirte, y criado en el seno de una familia de beduinos (en árabe, nómadas), el pueblo que se expandió en el siglo VII por el Norte de de África, procedente la Península Arábiga.

Gaddafi no se desprende en público de su vestimenta beduina, compuesta por la túnica, la capa marrón y la “taquilla” (pequeño gorro cónico) de ese mismo color, y recibe a las autoridades con las que se entrevista en su jaima, aunque para dormir prefiera la comodidad de una suite hotelera.

Como se ha podido ver en España, también sigue manteniendo a su tradicional guardia personal de una treintena de mujeres, a quienes exige virginidad, según la leyenda.

Gaddafi tuvo una formación militar. Su padre, dedicado al pastoreo de camellos, optó por inculcarle desde joven una formación académica, lo que le abrió las puertas a la escuela militar.

Con tan sólo 27 años, el capitán Gaddafi dio un paso más en su precoz activismo político y junto a un grupo de oficiales, lideró un motín en septiembre de 1969 que derrocó al rey Idris al Senusi cuando este se encontraba en Grecia.

Una semana después del golpe, ascendió a coronel y asumió el control de las Fuerzas Armadas bajo el cargo de jefe del Consejo de Mando de la Revolución.

A los pocos meses, se autoproclamó primer ministro y sentó las bases para ejercer un poder omnímodo que, en la teoría, depositaba en el pueblo, de acuerdo con los dogmas del Libro Verde, la base del sistema político y moral libio.

De acuerdo con esta tesis, pasó a denominar al país Al—Yamahiria (“Estado de las Masas”) Arabe Libia Popular Socialista en 1977 y a bautizar su cargo como “Líder Supremo de la Gran Revolución de Al Fateh” o guía de la Revolución.

Ayudado por Estados Unidos para aplacar intentonas golpistas, pasó a ser en los años ochenta su enemigo diplomático y bélico, con los bombardeos en abril de 1986 sobre las ciudades de Trípoli y Bengasi.

Gaddafi ha sido

Uno de los brazos derechos del presidente Ortega desde los tiempos de la revolución sandinista en los años ochenta.

La amistad es tan estrecha que Ortega en ocasiones ha comparado la revolución Iraní y Nicaragua y cuando se refiere a Gaddafi le llama “hermano”.

Desde la toma de posesión de Daniel Ortega, las relaciones bilaterales entre Libia y Nicaragua se reanimaron. En mayo, el Presidente libio mencionó la posibilidad de invertir en Nicaragua.

El 3 de junio el presiente Daniel Ortega inició una gira que incluyó escalas en Venezuela, Argelia, Libia, Irán, Senegal y Cuba.

Durante 15 días la familia presidencial, que incluyó a la primera dama Rosario Murillo, con su prole de hijos, hijas y nietos; viajaron en un avión facilitado por Muammar al Gaddafi, quien además financió todos los gastos, aunque no se ha especificado aún el monto. Se dice también que el Presidente libio ha financiado campañas electorales del Frente Sandinista de Liberación Nacional.

En estos tiempos, la política de aperturismo de Gaddafi también ha llegado a Internet, donde tiene su propia página web para exponer sus iniciativas y discursos.

El líder libio está casado en segundas nupcias con su primera esposa, tuvo un hijo varón, y con su segunda, otros siete, entre ellos, Seif El Islam (“la espada del Islam”), considerado el heredero del régimen.

Libia, con algo más de seis millones de habitantes, está situada en el norte del continente africano y limita en este punto cardinal con el mar Mediterráneo, al este con Egipto y Sudán, al sur con Chad y Níger y al oeste con Argelia y Túnez.

(*) Con información de Carlos Pérez Gil.

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