jueves, diciembre 13, 2007

EN NICARAGUA PODER LEGISLATIVO EN PELIGRO

Poder Legislativo en peligro
publicidad

Lo acontecido durante los últimos dos días en el Poder Legislativo indica que este se encuentra en grave peligro de ser subordinado al poder unipersonal del presidente Daniel Ortega. De esa manera terminaría de desaparecer la precaria institucionalidad democrática que aún queda en Nicaragua.

Nos referimos específicamente al hecho de que la Asamblea Nacional no pudo sesionar el martes ni el miércoles de esta semana, no tanto por el boicot de la bancada del FSLN sino porque las bancadas democráticas no han podido reunir el quórum de 47 diputados, cual es indispensable para que se puedan celebrar las sesiones del plenario legislativo.

Esta es una situación sumamente grave y preocupante. En estos momentos todos los diputados democráticos tienen la obligación de estar alertas y de ser mucho más responsables que de costumbre. Así lo exige la crisis que afronta actualmente la Asamblea Nacional , debido a que Daniel Ortega, con la complicidad del Poder Judicial o más bien de su parte sandinista que lo controla, le está impidiendo al Poder Legislativo cumplir su función esencial de “elaborar y aprobar las leyes y decretos, así como reformar y derogar los existentes”, tal como se establece expresamente en el inciso 1 del artículo 138 de la Constitución Política de Nicaragua.

En la parte informativa de la edición de hoy de LA PRENSA, damos a conocer la lista de los diputados democráticos que a pesar de que llegaron ayer en la mañana a la Asamblea Nacional, no se registraron en el sistema electrónico e impidieron que se pudiera establecer el quórum de ley. De esa manera, de hecho le hicieron el juego a Daniel Ortega, quien evidentemente pretende adueñarse también del Poder Legislativo, someterlo a sus designios dictatoriales, o cuando menos neutralizarlo.

Llama la atención que los diputados del sector democrático que han impedido sesionar a la Asamblea Nacional, y que así le hacen el juego al plan autoritario de Daniel Ortega, son casi todos los que se han separado o se han declarado disidentes de la bancada de la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN). En efecto, Carlos García, Eliseo Núñez, Ramiro Silva y Eduardo Gómez estuvieron ayer en la sede del Parlamento pero no se registraron para formar el quórum, mientras que Guillermo Osorno (de la bancada del PLC), Mario Valle, Ramón Macías, Salvador Talavera (independientes) y Alejandro Ruiz (de la bancada de la ALN), ni siquiera hicieron acto de presencia.

Seguramente que no es por casualidad que el boicot a las sesiones parlamentarias, que prácticamente coloca a la Asamblea Nacional a merced de la conspiración orteguista contra el Estado de Derecho y la institucionalidad democrática del país, ha coincidido con las nuevas presiones y chantajes que Daniel Ortega está haciendo contra Arnoldo Alemán por medio de su aparato represivo judicial. Esto induce a temer o a sospechar, que la actitud irresponsable de los mencionados diputados democráticos, no es causada sólo por amenazas y/o sobornos del orteguismo, sino también, en algunos casos, por compromisos con el alicaído líder del PLC.

Pero el doctor Alemán debería enfrentar con entereza y gallardía a Daniel Ortega, y estar dispuesto a ir a la cárcel antes que ceder a sus amenazas y chantaje. Esa podría ser una pequeña colaboración de Alemán a la defensa de la libertad y la democracia, a la que tanto daño le ha causado con su política pactista y claudicante. Mientras tanto, los diputados democráticos deberían esforzarse por reconstituir su fuerza mayoritaria antes de que sea demasiado tarde. Ellos pueden recuperar la capacidad de formar quórum para las sesiones de la Asamblea Nacional, y aprobar las piezas legislativas que son indispensables para contener el desenfreno dictatorial de Daniel Ortega y revertir el daño causado por el atropello orteguista a la independencia y la dignidad del Poder Legislativo.

Entre esas piezas legislativas podría estar una ley de amnistía general que le impida a Daniel Ortega seguir amenazando, chantajeando y pretendiendo castigar con la cárcel no sólo a Arnoldo Alemán sino también a Eduardo Montealegre, Enrique y Alejandro Bolaños y quién sabe a cuántas personas más de entre la oposición democrática. Los delitos por los cuales se condenó a Alemán no son políticos. Pero los chantajes de Daniel Ortega lo han convertido en reo político y es obvio que eso sólo se puede remediar con una amnistía.

No hay comentarios.: