domingo, diciembre 16, 2007

DESCUBREN CAMBIO DE SUS BEBÉS DESPUÈS DE 21 AÑOS.

EFE
El Universal
Pekín
Sábado 15 de diciembre de 2007

El error no se hubiera descubierto jamás de no ser porque uno de los pequeños cambiados tenía un hermano gemelo, y con el paso de los años, los padres se dieron cuenta de que sus dos hijos no se parecían nada

La vieja historia del hospital que cambia por error a dos bebés y se los da a familias incorrectas se ha repetido en Pekín, con el agravante de que los padres de los niños tardaron 21 años en darse cuenta del "cambiazo".

De hecho, el error no se hubiera descubierto jamás de no ser porque uno de los bebés cambiados tenía un hermano gemelo, y con el paso de los años, los padres se dieron cuenta de que sus dos hijos no se parecían nada, de acuerdo con la insólita noticia que han publicado esta semana diversos diarios de Pekín y el resto de China.

La madre de los gemelos, apellidada Pan y que vive en un área rural de la capital china, dio a luz en 1986 en el Hospital de Mujeres y Niños de Tongzhou (al este de Pekín), y con los años, comenzó a sospechar que algo no iba bien.

"Uno de sus hijos era corpulento y medía 1.84 metros, mientras que el otro era delicado y delgaducho y medía 14 centímetros menos", según la versión del diario "China Daily".

Para colmo, vecinos y amigos de la madre le aseguraron en muchas ocasiones que habían visto a un niño casi idéntico a uno de sus hijos en una ciudad cercana, lo que aumentó los recelos de Pan, que decidió hacer una prueba de paternidad sobre sus dos vástagos para intentar acabar con tantas sospechas.

Tras los análisis, se determinó que sólo el hijo corpulento era de la madre, por lo que se inició la búsqueda de los verdaderos padres del otro "gemelo", que acabaron siendo una familia de apellido Rao, en la zona urbana de Tongzhou.

La madre Rao dio a luz un bebé cuatro días antes del nacimiento de los fortachones gemelos Pan, y acabó quedándose con uno de ellos durante más de dos décadas.

Tras desvelarse el error, ambas familias denunciaron al hospital, que fue condenado por los tribunales a pagar 500.000 yuanes (68 mil dólares o 50 mil euros) a las dos familias afectadas por el cambiazo.

La prensa china ha entrevistado a los hijos de ambas familias, mostrando al verdadero Rao (el escuchimizado) profundamente desconsolado por haber vivido en una familia que no era la suya.

"No tengo dos madres, sino ninguna. Lo he perdido todo", afirmaba en declaraciones al "Diario de la Juventud de Pekín", que destapó la historia y publicó las fotos de los dos jóvenes protagonistas de la historia.

Para colmo, Rao perdió la oportunidad de conocer a su verdadero padre, ya que éste murió cuando él tenía 12 años y vivía con los Pan, por lo que el hospital deberá darle una mayor indemnización, según la sentencia judicial.

Rao confesó que se siente "incómodo" cuando visita a su verdadera madre, que después de enviudar se casó con otro hombre.

La familia Rao es de clase media y vive en una ciudad, mientras que los Pan son una humilde familia de agricultores, por lo que el gemelo que fue cambiado por error ha disfrutado de una mejor vida e incluso ha podido ir a la universidad, algo que probablemente no habría conseguido con sus verdaderos padres.

Este joven se muestra mucho más animado que el otro afectado: afirma que quiere mucho a su madre "adoptiva", pero que está dispuesto a mantener vínculos también con la que es su verdadera familia.

Los padres aseguran que de momento van a mantener la situación actual, viviendo con los hijos "equivocados", pero prometen seguir en contacto con los verdaderos e intentar poco a poco recuperar los lazos familiares perdidos.

Aunque el caso es uno de los más raros ocurridos en los hospitales chinos, lo cierto es que no es tan extraño que los padres del país asiático duden de la paternidad de sus hijos, por lo que, según cuentan los medios de comunicación nacionales, en los últimos años las pruebas de ADN para comprobar esa paternidad van en claro aumento.

En muchos casos, sin embargo, esto se debe más bien a las sospechas de maridos y esposas hacia sus cónyuges, y el temor a que éstos hayan tenido relaciones extramatrimoniales.

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